Autoría : Alberto Aroyo Picard, Investigador y docente en la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa (México)
Publica : Observatorio Social de las Relaciones Unión Europea - América Latina de la Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo (ALOP)
Sumario :
Introducción
La Inversión Extranjera Directa de la UE en ALC
La IED y los Tratados de Liberalización
Propuestas
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Un nuevo número de la serie “Briefs” del Observatorio Social de las Relaciones UE-AL de la Asociación que difunde un avance de un texto más amplio preparado para ALOP por el economista mexicano Alberto Arroyo Picard sobre el tema de la Inversión Extranjera Directa entre la UE y ALC. Tratándose del tema central de la próxima Cumbre, la Asociación ha encargado la producción de varios análisis sobre distintos aspectos de esta fundamental temática dentro de las relaciones birregionales.
El presente Brief constituye un adelanto de uno de dichos análisis, cuya versión final y completa será divulgada en una publicación que la Asociación prepara sobre los contenidos y resultados de la próxima Cumbre CELAC-UE.
Introducción :
El presente trabajo presenta un análisis de conjunto sobre la Inversión Extranjera Directa (IED) entre la Unión Europea (UE) y América Latina y el Caribe (ALC). 2 Se trata de un estudio sólo de la inversión directa, mismo si existen otros flujos de inversiones que en algunos años son mayores que la IED.
En 2010 la inversión de cartera fue de 136,154 millones de dólares (mdd), seguida de la IED, con 120,000 mdd. En 2011 se estiman flujos de inversión de cartera por 78,797 mdd. Mientras que la IED en la región ha sido una importante fuente de capitales durante las dos últimas décadas, la inversión de cartera neta se redujo hasta casi desaparecer entre 2000 y 2004. Sin embargo, desde 2007 en adelante, la suma de inversión en cartera y de “otras inversiones” es superior a la inversión directa.
Los flujos de inversión en cartera son cada vez mayores. Se trata de fondos de inversión manejados por empresas financieras que hacen realidad aquello de que el capital no tiene patria. Prácticamente es imposible rastrear su país de origen.
Se trata además de un tipo de inversiones totalmente desreguladas ya que los Tratados Bilaterales de Inversión (TBIs) y los Tratados de Libre Comercio (TLCs) o de Asociación estipulan que habrá absolutamente libre flujo.
Una buena parte de esta inversión extranjera es en los llamados bonos de deuda privada o públicos que como su nombre lo indica, son deuda. El nombre es una cuestión de perspectiva. Para el que pone el dinero es una inversión, para el que lo recibe es deuda. Los riesgos de este tipo de endeudamiento son mayores que los tan estudiados problemas de deuda (tradicional) ya que no tienen plazo de vencimiento y pueden cobrarse en el momento que sea (fuga de capitales). Se trata de inversiones con un alto grado de volatilidad y sumamente riesgosas para la estabilidad económica de los países receptores. Basta recordar la crisis en México en 1994-1995, o la de Argentina en 1997, o incluso la crisis global que se inicia en Estados Unidos en 2008-2009.
Otro rubro de inversiones se refiere a lo que en la nueva presentación de la Balanza de Pagos se nombra “Otras inversiones” que comprende contratación de deuda (excluyendo los bonos que se contabilizan como inversión en cartera) y los depósitos de nacionales de un país en el exterior. Se trata de cantidades muy considerables. En 2010 76,909 mdd y en 2011 80,795 mdd.
Además, hay otro monto enorme de flujos no registrados, “ilícitos”. Se estima que entre 2000 y 2008 salieron ilícitamente de ALC 1.14 millones de millones de dólares que significan el 5.3% del PIB de la región. Christian AID ha avanzado en estimación de una parte de estos flujos ilícitos que van de ALC a la UE.
En síntesis en el presente documento se estudia la evolución de la IED, pero para completar el análisis del tema y poder calibrar con mayor exactitud el alcance de sus consecuencias, urgen estudios sobre los otros flujos de inversión, especialmente los flujos ilícitos que son una sangría enorme para nuestras economías.